jueves, 29 de enero de 2009

La infancia más corta, la adolescencia más larga

Los jóvenes españoles son los más remisos de la UE al abandono del nido familiar - El respaldo económico y afectivo de los padres, la falta de ayudas públicas y la precariedad laboral lo explican

http://www.elpais.com/articulo/sociedad/infancia/corta/adolescencia/larga/elpepisoc/20090129elpepisoc_1/Tes

Dar cariño

¿Quién le da cariño?
¿Cómo y cuando le das cariño?

-Pero si no se deja

No se deja= No quiero, no sé, no lo necesito, no lo intento, no lo veo necesario
No se deja= Lo necesita más que nada en el mundo.

El Defensor del Menor investiga la situación de las escuelas infantiles

El Defensor del Menor, Arturo Canalda, investiga a pie de centro cómo afectan los nuevos decretos de infantil aprobados por la Comunidad de Madrid a las escuelas públicas y privadas de la región. Es un compromiso que adquirió en la Asamblea de Madrid y con los padres y educadores que han enviado más ... con un centenar de alumnos menores de tres años. Una asesora del Defensor visitó durante una mañana las instalaciones antes de Navidad. Habló con la directora y con la coordinadora pedagógica, revisó las instalaciones y comprobó la actividad de las docentes y los menores in situ, según la directora ... con una manifestación en Sol en la que participaron cerca de 5.500 personas, según los cálculos de este periódico.El trabajo de campo del Defensor del Menor sobre infantil se extenderá todo el curso, según confirmó ayer una portavoz de su oficina, que indicó que los asesoresde Canalda han visitado ...http://www.elpais.com/articulo/madrid/Defensor/Menor/investiga/situacion/escuelas/infantiles/elpepiespmad/20090129elpmad_1/Tes

jueves, 15 de enero de 2009

El barco que se hundía

Erase una vez una barco que se hundía. Las grietas que aparecían en el casco hacían entrar el agua continuamente. Los marineros estaban preocupados pero no conseguian evitar que el barco se hundiera. Algunos achicaban agua con botellas, otros con barreños y un marinero en solitario lo hacia con cubos. Este era el que hacía la tarea más cansada, pero no podía dejar de hacerlo porque sino el barco se hundiría muy rápidamente. La marinera que usaba las botellas se daba cuenta de todo pero no podía reaccionar y se ponía cada vez más nerviosa. Nuevas grietas seguían apareciendo y las viejas no se reparaban. Un día se detuvieron y decidieron hacer grietas voluntariamente en el caso del barco, sintiendo que de este modo también voluntariamente serían capaces de evitarlas o de repararlas. Así fué, y desde aquel día los marineros consiguieron sacar más agua de la que entraba, hasta que el barco empezó a dejar de hundirse y empezó a navegar de nuevo con timón seguro.